Porque a todo el que tiene, más se le dará, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aún lo que tiene se le quitará”. Mateo 25:29
El Padre Celestial puso talentos en tus manos. Te capacitó para manifestar Su gloria de una forma única y sin precedentes. Por alguna razón, que sólo tú misma conoces, te has mirado y aún afirmado que no eres capaz de hacer nada bueno o de éxito. ¿Sabías que con esas afirmaciones estás diciendo que el Dios que sirves no tiene poder para fortalecerte?
Según dice Filipenses 4:13: “Todo lo puedes en Cristo que te fortalece”. Con cada palabra de menosprecio, limítas la obra del Espíritu Santo a través de ti. Fuimos llamadas a multiplicar los talentos y capacidades que el Eterno puso en nuestras manos. En Mateo 25:14-29, Jesús nos dejó una lección a través de la parábola de los talentos. En ella nos muestra que quien escondió el talento que se le entregó, le fue quitado por no haber hecho nada con él y se le entregó al que ya tenía en abundancia. ¿No te parece esto a algo que hayas visto cerca? Estoy segura que el que tenía sólo un talento tenía muy buenas razones -según él- para no multiplicarlo y la más contundente de ellas fue el miedo.
El punto que quiero dejar en tu corazón es que no fuimos llamadas ni enviadas a esconder; fuimos llamadas a multiplicar y dar. Nos detenemos señalando y criticando al que está en constante movimiento de dar y hacer. Usamos comentarios como: “Si fuera yo, lo hubiera hecho de otra manera”, “Siempre la misma persona”, “¡Oye, estás en todas!”. Nos sorprendemos de lo mucho que tiene y lo mucho que recibe. Por otro lado, nos miramos sin posibilidades y le damos prioridad a lo que nos falta.
Es tiempo de hablar y pensar diferente de nosotras. Es tiempo de vencer el miedo a dar y a hacer. Si has pedido abundancia en áreas de tu vida que crees tener en escasez, entonces es el momento de comenzar a dar de lo poco que crees que tienes.
Te aseguro que con cada movimiento atrevido, comenzarás a recibir más de lo que imaginaste tener. Muévete y multiplica las capacidades que tienes en tus manos.
Edna Liz