El Señor Dios es mi fortaleza; Él ha hecho mis pies como los de las ciervas, y por las alturas me hace caminar». Habacuc 3:19

Dios creó a los ciervos para que brincaran de un lugar a otro sin dificultad. Ellos pueden escalar todo tipo de terreno (incluyendo montañas) y pueden subir y bajar con facilidad. Esa es su naturaleza. Dios nos creó a ti y a mí con piernas. ¿Te has preguntado cómo podrías escalar o brincar de un lado a otro como el ciervo? Te explicaré cómo: Él hará tus pies como cierva, pero en Sus fuerzas.

Has pasado por momentos difíciles en tu vida. Te has sentido como si estuvieras subiendo una montaña rocosa, sin nada a tu alrededor. Te has tropezado en el caminar y no sabes cómo levantarte para sobrepasar lo que has pasado. En ese caminar, qué mucho te has lastimado. Pero, todo lo has hecho bajo tus fuerzas. En su palabra dice que Dios estará contigo en donde quieras que vayas. Es tiempo de que el Padre tome el control de tu vida.

Deja que el Padre fortalezca tus pies para que puedas escalar las montañas más altas, logrando así llegar a las alturas tan sólo porque has dejado que Él sea el que te guíe en tu caminar. Pero para seguir avanzando, tienes que dejar atrás todo aquello que obstaculice tu caminar con el Padre: tus miedos, fracasos, tu economía, tus debilidades, baja autoestima, todo aquello que te ha dejado sin fuerza y no ha dejado que avances, deteniendo así tu vida. Es tiempo de darle un alto a todo. Es tiempo de que seas libre en el nombre de Jesús.

Dios quiere llevarte a Su diseño original. Quiere que comiences a volar, que corras en las alturas sin tropezar. Él fortalecerá tus pies; los hará ágiles y te dará fuerza para que puedas escalar la montaña más alta que te puedas encontrar. Él limpiará el camino de cada lugar que vayas a pisar. Con el Padre saldrás victoriosa de todo aquello que alguna vez en tu vida pensaste que no podrías lograr. Y cuando llegue esa montaña, inmediatamente sabrás con certeza quién estará ahí para -nuevamente- fortalecerte. Caminarás en las alturas en confianza porque sabrás quién estará contigo.

¡Prepárate! Es tu tiempo de conquistar montañas. El Padre te ha dado pies de cierva.

«He aquí, Dios es mi salvador, confiaré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es el Señor Dios, Él ha sido mi salvación.» Isaías 12:2

Magda