Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio». Proverbios 6:6

¿Sabían que la pereza es un espíritu inmundo que pudiera estar en nosotros y lo que hace es paralizarnos? A veces podemos tener una excusa para no realizar las cosas que estamos llamadas a hacer. Algunas veces nos proponemos para el próximo año cosas que queremos realizar y, en ocasiones, hasta nos compramos agendas nuevas para sentirnos organizadas.

Hacemos listas, tanto en lo personal como en lo espiritual. Comenzamos a pensar qué queremos hacer para el próximo año, qué viajes desearía hacer, qué quiero lograr. Nos ponemos a ver qué dietas hay -para hacerlas-, en dónde voy a hacer ejercicios, entre muchas otras cosas. Pero, ¿te has puesto a pensar en realidad si cumples las metas que te propones? ¿Están alineadas al corazón de Dios? «¿Estoy dispuesta a cumplir cada meta que me proponga?».

Umm… Muchas veces, no realizamos las metas que escribimos en las listas y llevamos arrastrándolas con nosotras desde hace años atrás. Repetimos las mismas listas una y otra vez. ¿Te has preguntado el por qué no se han realizado aún? Muchas de nosotras nos proponemos cosas que algunas veces no tenemos el coraje, la valentía o, simplemente, no le damos la importancia que ameritan para que se cumplan. Pasa el tiempo y pensamos que mañana será mejor. Tenemos en nuestra boca el «mañana». No estoy diciendo que no nos propongamos metas, que tengamos las cosas organizadas o que definamos lo que queremos. Sino, es el por qué esperar un año más para cumplir las metas si las puedes realizar en el «ahora».

Es tiempo de que no tengamos en nuestras bocas el «lo haré mañana» si lo puedo realizar «ahora», en el presente. Haz la lista, pero comienza en el «hoy» a realizar cada meta. Si es algo personal, empieza a trabajar en ellas. Ten por seguro que aunque algunas veces no obtengas al instante las metas que quieres alcanzar, al estar trabajando en ellas, te sentirás realizada cada día. Si tu meta es espiritual, con el ministerio que Dios te habló, en el llamado que tú tienes, es momento de que saques primero tiempo con Dios y que te propongas que cada paso que des sea para prepararte y trabajar en el llamado que Dios ha puesto en ti. Lo puedes lograr educándote, alimentándote de la Palabra, acercándote a personas que te impulsen, que puedan aportar a tu llamado y que vean en ti lo que cargas del Padre. Poco a poco vas a seguir aprendiendo y realizando lo que el Padre te llamó a hacer aquí en la tierra.

He escuchado este refrán: “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”. Qué mucho tenemos que recordar esto. Vamos a proponernos cosas que sean realizables en el ahora. Algunas veces, no podemos dejar las cosas para mañana porque el mañana aún no ha llegado y no sabemos qué pasará. No prolonguemos más las cosas. Es tiempo de que se cumpla cada palabra que Dios ha dicho de ti. Es momento de que cada meta sea cumplida en la brevedad posible.

Revisa tu lista y sé sabia en las decisiones que tomes día a día. Lo que tú determines diariamente será lo que te llevará -o impedirá- el que cada meta propuesta se cumpla. Mientras tanto, yo procuro revisar mis decisiones y ser aplicada para alcanzar mis metas y ser promovida.

Magda