Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace». Santiago 1:25

Hace varias semanas tuve la oportunidad de ir con mi esposo a un juego de la NBA. Para los que no lo saben, me encantan diferentes tipos de deportes. Mientras veía el juego, Dios puso en mi corazón esta pregunta: «¿Eres de los espectadores o eres de los que caminan en el mover de Dios, a pesar de las circunstancias que puedas atravesar en el camino?».

Existen diferentes tipos de deportes en el mundo; unos más físicos que otros y algunos más conocidos que otros, dependiendo de la cultura de cada país. No importando cuál sea el deporte, siempre habrán jugadores y personas que sólo son espectadores a quienes les apasiona el poder ver cómo su equipo sale triunfador o les disgusta cuando su equipo pierde. Pero, ellos no pueden jugar porque -evidentemente- no son jugadores. Sólo pueden conformarse con ver el juego y esperar el final del partido sin poder influir en el resultado.

Así mismo, nosotros podemos estar viendo lo que Dios está haciendo alrededor de nosotros sin ser parte del mover. Nos conformamos con ser sólo simples espectadores: esperando ver el resultado sin  tomar parte en los planes de Dios. A veces nos quejamos porque vemos que Dios tiene planes con otros y parece que Él se olvidó de algunos. Esto no es así. Es que Dios cuenta con aquellos que estén dispuestos a ser jugadores que puedan influir en el resultado.

No te limítes y no te conformes solamente con ser un espectador. Sé parte del mover y conéctate al corazón del Padre.

Magda