En tu mano están mis tiempos; Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores. Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; Sálvame por tu misericordia». Salmo 31:15-16

«Cansado, fatigado y vencido» son algunos de los significados de rendirse, mientras que renunciar se describe como «abandonar voluntariamente una cosa que se posee o algo a lo que se tiene derecho». Yo no sé cuantas veces en tu camino te has sentido a punto de rendirte ante tus situaciones o problemas. Cuántas veces el cansancio te ha hecho pensar que no vale la pena seguir peleando por aquello que te pertenece.

No sé cuántas veces has decidido renunciar o abandonar tu matrimonio, tu hogar, tu empleo, tu ministerio, etc. Cuántas veces has pensado que es «caso perdido» el hijo de tus entrañas, al cual cargaste con tanta ilusión. Cuando tu matrimonio no es en nada parecido a una historia de amor «perfecta», sé que la opción de rendirte es posiblemente una muy latente. También sé que cuando ves tu llamado y ministerio nublado por lágrimas de heridas y traición, renunciar es la primera opción siempre.

Hoy te vengo a hablar de una verdad; una verdad que yo misma he tenido que aprender. Una verdad que cada día tiene que seguir creciendo en mi caminar: ¡Renunciar no es parte de la agenda!, aunque haya sido parte de tu agenda en muchos momentos. La agenda de tu vida la tiene Dios en Sus manos. Por favor, no intentes poner fechas de terminación a algo que Él no te ha dicho que terminó. Quien mejor puede organizar la agenda en tu vida es tu Creador. Permítele que sople aliento sobre ti, fuerzas nuevas y que vuelva a llenar tu espíritu de fe y promesas. No es el tiempo de renunciar. Hoy no es el día, ni mañana ni pasado mañana. Es más, elimina esa palabra de tu vocabulario. Los hijos de Dios no renunciamos a lo que por heredad nos pertenece, sino que peleamos por aquello que el Padre nos prometió.

Hoy declaro que Su paz visita las páginas de tu agenda, borra los días en que quisiste renunciar a aquello por lo cual tanto has estado esperando y que renueva tu mente para ver cómo Dios cambia tus días en ganancia divina. Rendirte y renunciar puede que haya sido parte de tu agenda, pero jamás ha sido parte de la agenda de Él. Hoy eres visitado con un renuevo para ti, porque aún hay mucho que conquistar y celebrar en tu vida.

El cumplimiento se avecina. ¡No te rindas!

Vilmarie