El buen juicio hace al hombre paciente; su gloria es pasar por alto la ofensa». Proverbios 19:11 NVI

El tener buen juicio y ser paciente parece ser un reto muy complejo de lograr, pero en este verso nos dice que el buen juicio nos hace pacientes; uno es consecuencia de lo otro. Ahora, me preguntaba yo, ¿cómo entonces logro obtener el buen juicio? Y, para mi sorpresa, encontré que es algo que ya Dios nos ha dado. En 2 Timoteo 1:7 (DHH) nos dice que: «Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino un espíritu de poder, de amor y de buen juicio» (lo que nosotros hemos conocido como dominio propio).  Ahora bien, dice también que la gloria del hombre es pasar por alto la ofensa.

Qué difícil es ignorar palabras que se han dicho en contra de ti para dañarte, para empañar tu testimonio y para intentar minimizarte; ya sea una verdad acerca de tu pasado (que no practicas más) o sea una calumnia o mentira lo que dicen de ti. No importa el caso, la palabra nos enseña que seremos premiados si logramos pasar por alto esa ofensa. En algunas situaciones, el actuar con buen juicio nos puede hacer sentir que estamos en desventaja. En otras ocasiones, nos puede dar hasta coraje, pero los Hijos de Dios no actuamos bajo emociones, sino que procuramos en todo tiempo ejecutar obedientemente Su palabra, entendiendo que es Él quien nos honra y -a Su debido tiempo- se evidenciará Su favor sobre nosotros.

En nuestro diario vivir estamos expuestos a diversas situaciones o pruebas que pueden poner en riesgo «nuestra gloria». ¿Cómo, entonces, logramos mantenerla? Trabajando y sometiendo nuestro carácter a la verdad de Su palabra, aprendiendo más de Jesús y determinar ser imitadores de Él. Gozarnos en nuestros procesos, sabiendo que cada uno de ellos nos perfeccionan para ejecutar con eficacia el llamado de Dios para nuestra vida.

«Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna». Santiago 1:2-4 NVI

Ante una ofensa, inhala buen juicio… y exhala paciencia… y recuerda que hay una «gloria sobre ti», que dependiendo de tu reacción, seguirá sobre ti o te será arrebatada. Decide hoy y no permitas que nadie arrebate «tu gloria» nunca más. Tú decides…

Lisandra