Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa». Hebreos 10:23

Casi termina un año más y es posible que lo que soñaste ver realizado este año no se concretó. Te aferraste a promesas que no viste realizarse y puedes estar pensando que nada pasará porque ha pasado demasiado tiempo. Es posible que puertas se cerraron delante ti y te sientes sin fuerzas, triste o decepcionada.

Dice en Salmos 31:24: «Cobren ánimo y ármense de valor, todos los que en el Señor esperan». Esperar es difícil porque estamos acostumbradas a que todo sea rápido e instantáneo, pero si esperas aferrada a la Palabra del Señor, en medio de ese tiempo se producirá en ti carácter. Ese buen carácter te llevará a la conquista de tus promesas y de los anhelos más profundos de tu corazón.

No te desanimes, levanta tu mirada al cielo y afirma tu esperanza en Dios. Espera las promesas porque ellas se cumplirán. Puede ser que se tarden, pero si esperas en el Señor, Él responderá.

Abraza la verdad del Eterno y -en este nuevo año- revístete de esperanza. Manténte firme porque nuevas puertas se abrirán.

«Encamíname en tu verdad, ¡enséñame! Tú eres mi Dios y Salvador; ¡en ti pongo mi esperanza todo el día!». Salmos 25:5

Edna Liz