Porque todos ellos nos amedrentaban, diciendo: Se debilitarán las manos de ellos en la obra, y no será terminada. Ahora, pues, oh Dios, fortalece tú mis manos». Nehemías 6:9
¿Sabías que nuestro amado Creador nunca se detiene? Él no renuncia, no se cansa. Su poder no deja de ser y sus bendiciones y regalos para nosotros no se acaban. El Padre siempre está trabajando a nuestro favor y está muy pendiente a nuestras pisadas firmes y de fe.
«¿Podrá lograrlo?» «¿Su carácter le ayudará?» «¿Estará preparada?» «¿Cómo divide su tiempo?». Son innumerables las palabras o frases que siempre llegarán a nuestros oídos y pensamientos. Pero, no podemos dejar que estas nos debiliten y nos roben el tiempo, desconcentrándonos de nuestro diseño y de las estrategias que Dios nos provee para cada función que nos fue asignada.
¿Cuán violento eres para obtener la victoria? «Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan» (Mateo 11:12). Me encanta enfatizar de este versículo el «hasta ahora». Quiere decir que hoy es tu día de dar un paso más hacia tu conquista. No hay nada que lo pueda detener, sólo lo que te impida actuar con violencia. ¡Oye! Es hora de derribar cada dardo del enemigo que te está quitando la fuerza de arrebatar los cielos.
«Mirad, yo os he entregado la tierra; entrad y poseed la tierra que Jehová juró a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, que les daría a ellos y a su descendencia después de ellos». Deuteronomio 1:8
Mujer virtuosa, que ciñe de fuerza sus lomos y esfuerza sus brazos, como dice su palabra en Proverbios 31:10-31. Vamos; eleva tu cabeza. Enfoca tu mirada al horizonte y acciona con fuerza. ¡No esperes más!
Jennifer
