Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo. Pero yo digo, ¿acaso nunca han oído? Ciertamente que sí: por toda la tierra ha salido su voz, y hasta los confines del mundo sus palabras». Romanos 10:17-18

Tú tienes una voz que necesita ser escuchada y yo tengo la mía propia. ¿Sabes? Dios nos creó con un diseño específico que necesita ser liberado para un propósito divino. La ausencia de tu voz provocará el vacío de un mensaje que tiene que manifestarse a los aires.

La palabra emitida provoca que el contenido de tu espíritu transmita la señal del cielo para lo cual fuiste creada. El plan del enemigo es desvirtuar tu voz para que emitas el sonido incorrecto o silenciar por completo tu voz. Yo te digo: Ya basta. Habla en libertad, según el diseño que te fue entregado. Te libero de etiquetas de ser «imprudente», «honesta», «sincera», «muy directa» o, simplemente, «no tener tacto». Una mujer sujeta al Espíritu usará su voz sabiamente en su diseño propio. Su aceite en ti liberará el mensaje propicio.

Que se prepare el mundo porque cada guerrero tiene su propio grito de batalla. A las guerras no se va sin que se escuchen los sonidos que preceden las victorias. Eleva el tuyo y no dejes que nadie calle lo que Él ha puesto desde la eternidad en ti. Sé quien el Padre decidió, no la que otros quieren que seas. No te dejes medir por las conclusiones de otros.

Sé tú la respuesta de lo que Dios te entregó. ¡Manifiesta tu contenido y jamás, jamás apagues tu voz! Libera tu voz y sé quien el cielo determinó que fueras.

Vilmarie