Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida; y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor». Eclesiastés‬ ‭3:12-13‬ ‭

El Padre nos ha enseñado por su palabra que hay tiempo para todo (Eclesiastés 3:1-8). Pero en muchas ocasiones -y hasta me atrevería a decir que casi siempre- acentuamos más el tiempo de trabajo, de angustia, desesperación, guerra, rompimiento, carga y otras cosas más, que nos desvían del camino de la confianza y el deleite.

¿Qué hay de la parte de ese versículo que dice: «tiempo de amar, de reír, abrazar, cosechar, tiempo de curar, de bailar, plantar, nacer, y tiempo de paz…»? Es tiempo de levantar bandera -aún en medio del proceso- para gozarnos y poder disfrutar en plenitud toda obra de nuestras manos y sudor de nuestra frente. Que podamos desconectarnos de la rutina que nos abruma para entrar en el descanso y la paz que nos re-enfoca al amor sin medida que cura todo dolor. Que abracemos con tal fuerza el tiempo de reír, que nos haga bailar dentro del escenario del amanecer, donde abundan los nuevos comienzos. Recordar que en medio de la ruta, por más obstáculos que nos encontremos, podamos cambiar nuestra atmósfera por una de fe, esperanza y alegría, sin querer entender el proceso y sólo disfrutar cada segundo que nunca volverá.

¡Vamos! Aprovecha la tierra fértil provocada por el tiempo de calidad que marcas en tu historia y planta tus semillas de identidad clara que construyen la gracia y el amor incondicional. ¡Gózate a plenitud!

Jennifer