Muchas son, Señor mi Dios, las maravillas que tú has hecho. No es posible enumerar tus bondades en favor nuestro. Si quisiera anunciarlas y proclamarlas, serían más de lo que puedo contar». Salmo 40:5
El rey David expresó en este salmo que muchas eran las maravillas que Dios había hecho y que Sus bondades a favor de Su pueblo eran innumerables. Cuando lees la historia de David, te darás cuenta de que una de las cualidades que lo describía era la valentía. Él enfrentó leones y osos cuando, pienso yo, pudo haber huído. Él parecía enfrentar constantemente aquello que lo intentaba atemorizar, estando consciente de que Dios estaba con él.
Si te preguntara las razones que tú tienes para agredecer a Dios, ¿serían innumerables? Creo que la valentía está ligada al agradecimiento. David confrontaba sus temores reconociendo que Dios estaba de su lado. ¿Y tú? ¿Confrontas tus temores o prefieres huir de ellos? Las pruebas las enfrentamos o las ignoramos, pero las consecuencias serán obvias. Si tratas de ignorarlas, seguirás huyendo por el temor y llorando por lo mal que te va. Si las enfrentas, te preparás en el poder del Espíritu Santo y saldrás victoriosa, adquiriendo madurez en el proceso, para luego poder contra las maravillas que Dios ha hecho en tu vida.
Quien no tiene nada que agradecer es porque no ha tenido la valentía para enfrentar y conquistar. ¿Quieres vivir agradecido? Atrévete a enfrentar lo que te atemoriza y decide dar pasos de fe. Tu actitud revelará tu confianza en Él.
Lisandra
Amén!