…y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca». Mateo 7:25

En este fin de semana, estuvimos en el hogar de una amiga debido a que se acercaba un huracán al lugar en donde vivimos. En medio del huracán, estuve cerca de una ventana en la que podía ver hacia afuera. En un momento dado, vi que un árbol estaba por caerse.

Me quedé observando para ver si ocurría algo con él. El árbol se veía débil; sus raíces estaban a punto de salirse por motivo de los vientos y las lluvias. En ese instante, pensé: «El árbol es pequeño. No va permanecer de pie». Pasó la noche. Al siguiente día, fui nuevamente a la ventana a ver si el árbol que estaba observando se había caído. ¿Saben qué? Permaneció de pie. Inmediatamente, el Padre comenzó a ministrar a mi vida y a mi corazón: «Así mismo como tú ves este árbol, que pensaste que era débil, que sus raíces estaban a punto de salirse, así es que permanezco firme sobre la vida de mis hijos, sobre tu vida y tu casa».

En lo personal, he pasado por momentos difíciles en todas las áreas de mi vida. Pero, te puedo decir que he visto Su fidelidad en mi vida y en mi casa. He experimentado que en los momentos en que pensé que ya no tenía más oportunidad, ha sido cuando más el Padre me recuerda la promesa que ha dicho sobre mi vida y mi matrimonio. He visto su amor, su cuidado, su protección, su fidelidad, su todo, y lo he sentido tan cerca que puedo sentir sus brazos arropándome con su amor. Su gracia y favor permanece para los que aman al Señor.

Si tú estás pasando por un momento difícil, estás en medio del caos, en medio de la tormenta en tu vida personal y espiritual, te tengo una noticia: tu árbol permanecerá firme sobre la roca. Aunque venga la tormenta con vientos y mareas, no podrá tocarte ni a ti, ni a tus generaciones. Ten la certeza de que lo que el Padre ha dicho sobre tu casa, se cumplirá. Luego de la tormenta aparece un arcoiris recordándonos que Su promesa permanece fiel.

¿Saben? Algunas veces son necesarios estos momentos difíciles en nuestras vidas. Nos ayudan a crecer, a confiar, a madurar y a ver las cosas como Dios las ve y no como las vemos nosotros. No veas la tormenta como tu enemigo; vela como una señal de que tu promesa está a punto de cumplirse sobre tu vida.

Magda