Porque yo sé los planes que tengo para vosotros -declara el Señor- planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza». Jeremías 29:11

Aunque no sientas o veas la luz del día en la noche, no quiere decir que el sol dejó de existir. Aunque no veas soluciones a tus problemas ahora, no quiere decir que no puedan resolverse. Aunque te encuentres haciéndote mil preguntas ahora, no quiere decir que las respuestas no están de camino.

Muchas veces extrañamos un poco el no recibir una fuerte intervención de Dios que invada nuestro ahora. Mas no significa que Él no estuvo ayer, que está hoy y que estará mañana. Nuestro ahora no es el mismo ahora de Dios. Nuestro ahora es limitado, a veces frustrante, un tanto desesperado, manipulable y totalmente humano. El ahora de Dios es eterno, es intocable, es seguro, es infinito, no es negociable y no cambia. No cambia Su propósito, Sus promesas, Su plan perfecto y Su eternidad.

Así es que cada vez que te preguntes: «¿Dónde está Dios en mi ahora?», debes saber que Su ahora te ha invadido siempre y -no importando la situación- jamás se irá de tu lado.

Él quiere invadir tu ahora con Su ahora perfecto. Nunca lo dudes.

Vilmarie