Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros». Romanos 12:10
Es muy fácil honrar y amar al que nos honra y ama. Pero, ¿qué tal honrar y amar al que no nos honra ni tampoco nos ama? Es muy difícil, ¿verdad?
Ahora bien, quiero definir tres palabras de este versículo que resaltan al leerlo:
–fraternal: que es propio de hermanos.
–honra: es el respeto y buena opinión acerca de las cualidades y de la dignidad de una persona. Honrar es la acción física en la que se realiza una prueba pública de respeto, admiración y estima.
–prefiriéndoos (del v. preferir): elegir, distinguir o mostrar preferencia por una persona.
Cuando nos evaluamos, probablemente encontraremos que hay partes de estas definiciones que muchas veces no realizamos por nuestra condición del corazón -ya sea por una herida o un evento «traumático»- y poco a poco vamos perdiendo la disposición de perdonar, atándonos física y espiritualmente a esa otra persona o experiencia. Se nos olvida que el perdonar y hacer el bien nos hace libres y transformadores de nuestra atmósfera, lo cual nos posiciona para recibir la cosecha de lo sembrado.
«Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto». Mateo 5:44-48
«No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal”. Romanos 12:21
Libera la honra aunque te cueste. Ten por seguro que tus días se alargarán y verás el cielo invadiendo tu casa y todo lugar en el que plantes tus pies. Hemos sido llamadas a brillar desde nuestro interior hacia el exterior, dando color e iluminación al camino. No permitas que el orgullo y la falta de perdón nublen tu destino.
Jennifer