Nos concedió que fuéramos libres del temor, al rescatarnos del poder de nuestros enemigos, para que le sirviéramos con santidad y justicia, viviendo en Su presencia todos nuestros días”. Lucas 1:74-75

Cuando Jesús se ofreció como el sacrificio perfecto, nos rescató del poder de nuestros enemigos y nos concedió que fuéramos libres del temor. Cuando pensamos en ser libres del temor, nos vemos ejecutando sueños, talentos, negocios, etc. Pero, este verso me enseña que el propósito de ser libres del temor es para que le sirvamos con santidad y justicia, viviendo en Su presencia todos nuestros días.

¡Wow! Jamás pensé que necesitara ser libre del temor para vivir en santidad y, ciertamente, el vivir en santidad y justicia demanda un carácter firme para ir en contra de lo que establece el “mundo actual”. Vivir en santidad y justicia implica entrega y rendición constante de nuestra vida en Su presencia y allí es donde será revelado Su diseño para poder ejecutar Su propósito. Abrazar el temor -o no darnos cuenta de que estamos cautivos por el temor- nos aleja y nos impide ser lo que Él diseñó y planificó para nosotros. Cuando no conocemos el valor del sacrificio de Jesús y cuando no conocemos la Palabra, vivimos una vida que va en contra de nuestra realidad como hijos de Dios. Su Palabra es mi verdad. Su Palabra es mi realidad. Y si tú determinas vivir bajo esa verdad, entonces esa será tu realidad.

Tu realidad no es lo que tú pienses de ti o lo que otros piensen de ti. Tu realidad es lo que el Padre dice de ti. Tu realidad es que aunque hayas nacido en donde sea que hayas nacido, tú eres ciudadana del cielo (Filipenses 3:20) y que estás sentada en lugares celestiales (Efesios 2:6). Tu realidad es que eres hija de Dios y heredera de Sus promesas. La herencia del Padre está esperando ser reclamada por Sus hijos.

¿Conoces tu herencia? Sólo aquellos que puedan entender su realidad, serán los que reclamarán por fe y recibirán. ¿Cuál es tu realidad? Te invito a que constantemente le pidas a Dios que abra tus ojos a tu realidad para que puedas ir sobre tus circunstancias con un espíritu de conquista y de expectativa para ver lo sobrenatural de Dios manifestarse en tu vida, en tu casa, en tu familia y en tu ciudad.

“Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les de el Espíritu de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor. Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos, y cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos”. Efesios 1:17-19

Lisandra