Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren». Juan 4:23-24

Un adorador puede ser visto como una persona que crea o produce una expresión artística. Nosotros somos una obra de arte para Dios con diferentes dones y talentos. Cada uno de nosotros cargamos con un contenido del Padre y, junto con ese contenido, su Reino.

¿Que hay personas con dones únicos que no le sirven a Dios? Sí, pero eso no significa que ese don no haya sido creado por el Padre o que ese don no sea necesario. Les tengo una noticia: cada don fue creado por Dios. En otras palabras, cada uno de nosotros fuimos creados para darle gloria y honra a Aquel que nos creó. De esta forma, establecemos Su Reino en la tierra. Es cierto que hay quienes no usan sus talentos para el Padre, pero su esencia -aunque ellos no lo reconozcan- proviene de Él.

Si tú eres hijo de Dios, cargas con aquello que el mundo necesita para que quienes no han conocido al Padre lleguen a Sus pies. No lo tomes en poco. Con lo mucho o poco que tú crees que posees, es necesario que lo pongas en acción. Ten por seguro que Dios lo utilizará para Su gloria. Es hora de que los hijos de Dios se posicionen y vayan en búsqueda de que su contenido sea esparcido aquí en la tierra.

Que no partas de este mundo sin haber sembrado lo que Él te dio para bendecir a otros. Fuimos creados para adorar al Padre; no dejes de cantar tu melodía. Es necesario que adores con todo tu corazón, con toda tu pasión y con todo tu ser a Aquel que te creó con melodías del cielo.

Magda