Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán». Isaías 40:31

Intentar aquello a lo cual colocaste una gran pausa y guardaste en una gaveta olvidada del escritorio de tu corazón… Todos hemos estado parados en la zona de desiciones: en la parada del qué hacer, si nos movemos a intentarlo una vez más o nos sentamos en el banco de «algún día…», «tal vez…».

Yo sé qué nos detiene: nos detiene el temor a ser heridos nuevamente, nos detiene la desilusión si no ocurre lo que esperamos. Nos detiene la frustración ante resultados incoherentes. Nos detiene el corazón que grita: «Alto… porque aún duele». Hoy levanto para ti y para mí una bandera de esperanza y un abrigo de riesgo que abrace tus emociones vistiéndolas de fe.

Intenta volver a creer en aquello que te fue prometido. Una vez más, vuelve a abrazar la esperanza de ese milagro que sueñas alcanzar. Vuelve a ver lo que Dios ve en aquel que tu corazón necesita perdonar y ámalo con intensidad, porque sólo así serás libre al caminar. Intenta una vez más dar el paso para alcanzar ese sueño, aquel que se ha ido lejos y ya perdió sus colores en tu mente. Retoma el impulso de agarrarlo y revivir cada imagen de él en tu mente. Dile que cobre vida en tu espíritu y que el cielo lo haga rodar en tu mente filmando su cumplimiento en la tierra de los vivientes.

Vuelve a clamar al cielo por tu sanidad. Intenta alzar tu voz una vez más. Yo sé que las fuerzas muchas veces se desvanecen como agua corriendo entre tus dedos, pero hay un Dios en los cielos que es Padre Eterno y Bueno. ¿Acaso no moverá Su corazón al hijo de sus amores? Resiste y no desistas de reclamar tu milagro.

El día que decidas no volver a intentarlo, abrás cortado las alas de lo que viene de camino y está a punto de llegar a tu encuentro.

Vilmarie