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Bienvenidos a Sellada con Propósito

¡Hola! Bienvenidos a Sellada con Propósito. Mi nombre es Lisandra Vélez y soy la fundadora de este blog. Deseo separar este espacio para compartir contigo un poco más acerca de mí y comenzaré hablándoles acerca de mi familia.

Hace más de una década me casé con un hombre maravilloso: es paciente, amable, atento, maestro de profesión, pero, sobre todo, un hombre apasionado por adorar al Eterno. Su nombre es Raymond y ambos lideramos el ministerio de la juventud de la iglesia a la que pertenecemos. Ambos tenemos el privilegio de ser padres de tres varones: Felipe, Alejandro y Sebastián. Por mi parte, ser madre de “bebés” ha sido una de las tareas más difíciles que he vivido. ¡Gracias a Dios que crecen y que la comunicación deja de ser el llanto! ¡Aleluya!

Yo nací en el evangelio; así es que he sido cristiana toda la vida, aún “sin haberlo deseado”. No tuve opción y hoy doy gracias a Dios por eso. Mis padres siempre nos mantuvieron integrados a la comunidad de fe a la que pertenecíamos y nos desenvolvíamos en cuanta oportunidad hubiera disponible (mis hermanos y yo; somos 5 y yo soy la del medio). Yo canté, toqué instrumento, dancé, enseñé, cuidé niños en medio del servicio, trabajé en el ministerio de la niñez, de la juventud, de adoración, estuve en campamentos de verano, fui a todos los retiros, congresos, servicios evangelísticos… En fin, viví muchos años de mi vida dentro de una iglesia, aprendiendo y conociendo a través de la Palabra al Dios que servía y que creía que conocía.

Fue en mi peor situación -la pérdida de mi primer bebé en el 2005- en la que comencé a cuestionar todo aquello que aprendí acerca Dios. (Si te interesa conocer esta historia, accede a mi escrito «Renovando mi mente retomé mi lugar»). Lo que para algunos fue una pérdida insignificante, para mí fue más que perder a mi bebé: fue haber «puesto a prueba» el poder de mi fe y darme cuenta que ello no había servido de nada. Me decepcioné de Dios y aunque seguí «activa» en mi comunidad de fe, mis cuestionamientos y mis ideas de lo que había vivido, comenzaron disimulada y lentamente a “alejarme” de Él.

El 2011 fue un año difícil para nuestro matrimonio y lo tuve que ver como una «llamada de alerta» de parte de Dios para nuestras vidas. Hoy puedo testificar que somos un matrimonio restaurado. En mayo del 2012 terminé mi maestría y, como parte de una promesa “boba” que le hice a Dios (“Cuando termine de hacer lo que yo quiero hacer con mi vida, entonces volveré a integrarme a la comunidad de fe”), fue en ese mismo mes de mayo cuando Dios preparó un encuentro conmigo que me transformó. Desde ese día yo no he podido ser la misma. Ha sido un proceso de transformación continua que no acabará hasta el día que me vaya con Él.

La transformación continúa y -lo que ha sido esencial para mí durante estos últimos años- ha sido conocer la verdad de la Palabra de Dios. Decimos que somos hijos de Dios, que lo conocemos, pero la realidad es que leemos nuestras biblias en la iglesia y sólo los versos claves de la enseñanza o prédica a la cual estemos expuestos. Eso no es conocer a Dios. Conocer a Dios es intimar con Él, conocer a Jesús por medio de la Palabra y conocer al que nos capacita, el Espíritu Santo.

No creo ser la única “cristiana” que haya experimentado situaciones que nos hagan cuestionar nuestra fe. Tampoco creo ser la única creyente que haya pasado por situaciones difíciles en su matrimonio. Y tampoco creo ser la única madre que haya “sufrido tanto” bregando con niños pequeños y, además de eso, lidiar con frustraciones económicas, profesionales y, para ser exagerada, una gran frustración existencial (algunos me entenderán).

Es por esto que he decidido compartir mis experiencias; no para que llores conmigo por lo mal que me fue, sino para alentarte y dejarte saber que -aún en medio de las situaciones difíciles de nuestra vida- hay un plan que Dios está trabajando y es para nuestro bien. En un momento de mi vida detestaba escuchar esa frase, pero una vez que conocí realmente el amor de Dios, Romanos 8:28 se convirtió en una verdad alentadora para mi vida: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.

Para concluir, te cuento que soy puertorriqueña. En septiembre del 2012 me mudé a Kissimmee, Florida y nueve meses después llegaron mi esposo y mis hijos. Poseo un bachillerato en Psicología y Salud Mental de la Universidad de Puerto Rico en Ponce y una maestría en Consejería Profesional de la Universidad del Turabo en Gurabo. Actualmente trabajo como Consejera de Salud Mental para una empresa privada.

¿Por qué «Sellada con Propósito»?

Creo firmemente lo que establece Efesios 2:10: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”.

Dios nos creó a cada uno de nosotros para que vivamos las buenas obras que Él de antemano preparó para que tú y yo caminemos en ellas. Hay un propósito que tú cargas y es la responsabilidad de cada uno de nosotros indagar en ello. Ese propósito específico lo encuentras en la intimidad con tu Creador y lo vas a manifestar a través de los sueños y deseos que Él ha puesto y pondrá en tu corazón.

No se trata de llegar a ser un ministro de “tarima y altar”; se trata de ser imitadores de Jesús en donde quiera que estemos. Se trata de ser padres que modelen el fruto del Espíritu en el hogar y que se atrevan a levantar una generación con corazones puros y violentos que se atrevan a arrebatar las promesas que Dios tiene para ellos. Se trata de ser la luz en medio de un mundo corrompido. Es vivir, no deseando morir para llegar al cielo, sino vivir para manifestar el cielo en esta tierra. No es un asunto “meramente espiritual”, esto es cuestión de carácter, de honra, de decisión y de obediencia al Eterno.

«Sellada con Propósito» es una declaración que he reconocido sobre mi vida, pero no soy la única Sellada con Propósito. Tú también has sido sellada o sellado con un Propósito eterno que va mucho más allá de lo que tu intelecto pueda comprender. Así es que deja de pelear tanto con las ideas que te hacen cuestionarlo todo y decídete a comenzar a verte desde hoy como el Padre te ve. Cuando logres creer que has sido Sellada/Sellado con Propósito comenzarás a desear manifestar el bien del Eterno en esta tierra. Y será desde ese momento que tú comenzarás a dar vida a las palabras que Jesús una vez oró al Padre: “Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”.

Gracias por regalarme un ratito de tu tiempo. Espero que tu visita a este blog no haya sido solamente entretenida para ti, sino que haya bendecido tu vida.

Un abrazo,

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P.D.:

Por el momento, encontrarás dos categorías en mi página: ‘Inspiración’ y ‘Entre Amigas’. En ‘Inspiración’ están mis escritos, que son una muestra de mis vivencias y experiencias en mi caminar junto al Padre. En ‘Entre Amigas’ encontrarás reflexiones o devocionales que también son vivencias y experiencias, no tan sólo mías, sino también de otras cuatro espectaculares mujeres a las cuales tengo el privilegio de llamar ‘Amigas’.

Cada escrito en este blog tiene la intención de alentarte, bendecirte y, de vez en cuando, confrontarte con la verdad de Su palabra. Si lo comparto contigo es porque ya Dios me ha confrontado a mí primero. Mi anhelo es que maduremos juntos y que crezcamos en el conocimiento de Su Palabra. Que, por encima de todo, podamos alcanzar entendimiento acerca de quién verdaderamente es Él en nuestra vida para que podamos vivir como hijos.

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