Todo lo puedo en Cristo que me fortalece». Filipenses 4:13

Aprendí mucho de mi terapista física. Hace tres años estuve cuatro meses en muletas sin poder usar mi pie izquierdo esperando que sanara un hueso roto. El hueso sanó y cuando por fin se me dio la orden de caminar nuevamente… increíblemente no sabía cómo; parecía un pingüino raro. Allí fue entonces que entendí que el tiempo para sanar no es del todo inerte.

Ahora vendría la parte en que si yo no me muevo, no completo mi sanidad. No quería usar mi pie por dolor y temor. Aún dolía, pero tenía que sobrepasar la barrera en mi mente de que podía fracturarse otra vez y volver a usarlo. Debía confiar en que el dolor no era señal para seguir detenida, sino para seguir el proceso de recuperación. El temor captura tu mente porque piensas que el trabajo que el médico hizo en la cirugía se echará a perder. Es allí cuando tienes que decidir: «O lo uso o lo pierdo». El músculo recupera su fuerza volviéndolo a ejercitar, volviendo a creer que fue diseñado para el movimiento. La terapista me llevó de la mano y poco a poco me hizo fortalecer cada músculo que necesitaba para caminar de forma correcta otra vez. Me enseñó que si no me forzaba a caminar correctamente venciendo mis temores de lastimarme otra vez, comenzaría a lastimar otras partes de mi cuerpo. Entonces… el poder de una lesión te detiene o te hace más fuerte.

No detengas la sanidad que el Padre quiere completar en tu vida. Necesitas usar otra vez el corazón para amar, necesitar usar otra vez ese don para fortalecerlo, necesitas usar tu talento para no debilitarlo, necesitas caminar en tu llamado aunque te duela. Vuelve a confiar que fuiste creado para el diseño que hay sobre ti. Te aseguro que Dios asignará terapistas, gente de Reino, que te guiarán de la mano. No le creas más al temor y al dolor. Serás más fuerte si aprendes a caminar otra vez en tu asignación, para lo que fuiste llamado. 

Me rompí el hueso bailando… y seguiré bailando porque las lesiones no determinan tu nuestro destino. Lo determinan si te detienes o te hacen más fuerte para seguir alcanzándolo. Vamos… una herida no es para detenerte, sino para hacerte más fuerte.

Vilmarie