Mi alma se aferra a ti; tu mano derecha me sostiene». ‭‭Salmos‬ ‭63:8‬

Nuestra fe viene por el oír la palabra de Dios. Pero el escuchar esa misma palabra viva, la que se ha hecho rema (la que es revelada) en otros y en nuestra propia vida, es mucho mejor. La palabra viva nos sostiene y nos impulsa a seguir creyendo y caminando -aún cuando no podemos ver la promesa- y enseñar a otros.

Podría darte una lista de pasajes bíblicos que hablan sobre aumentar la fe, pero hoy te vengo a hablar de uno de ellos manifestado en mi vida. En el Salmo 63:8, el rey David decía: “Mi alma se aferra a ti; tu mano derecha me sostiene”. En las últimas semanas, mi salud ha estado algo quebrantada. Busco soluciones médicas, mientras confío en que Dios obrará un milagro. Creo con toda mi mente y corazón que Él lo hará y que todo volverá a estar en orden. Oro y oran por mí personas que me aman, llenas de la unción del Padre, pero todavía no se ha manifestado mi milagro.

¿Qué sucede en mí mientras espero? Someto mi mente diariamente a la verdad de Su palabra. Mi naturaleza humana me insta a rendirme, a llorar y frustrarme, pero mi naturaleza espiritual -que es la que prevalece- me demanda estar alerta a lo que Dios hace mientras espero. Es en ese proceso donde mi mente es renovada; crezco en madurez y confianza. Mi naturaleza humana se hace cada día más débil y se fortalece la espiritual. Sucede que no me queda otra alternativa que mi alma se aferre a Él. Aferrarse es obstinarse, agarrarme con tal fuerza de algo que no puedo soltarlo de ninguna manera.

Así ha sucedido con mi alma; ya no puede soltar Su verdad. Hoy te insto a que reafirmes tu alma a vivir aferrada al Dios Todopoderoso, nuestro único Dios. Él te sostendrá, no te dejará y te ayudará.

“Porque yo soy el Señor, tu Dios, que sostiene tu mano derecha; yo soy quien te dice: No temas, yo te ayudaré”. ‭‭Isaías‬ ‭41:13‬ ‭

Edna Liz