Oh Señor, de mañana oirás mi voz; de mañana presentaré mi oración a ti, y con ansias esperaré”. Salmos 5:3

¿Cómo comienzas tu día? Sería maravilloso levantarnos con el ánimo, el deseo, la tranquilidad y el silencio que nos permitan buscar la Presencia de Dios y leer Su palabra. Pero, lamentablemente, la realidad de muchos es que a la hora de escuchar la alarma, ya es hora de “correr” para comenzar un nuevo día.

Pero, ¿sabes algo? Dios anhela que cada nuevo día lo reconozcamos a Él sobre nuestra vida. Él desea que lo hagamos partícipe de cada una de nuestras acciones y decisiones. Y, con ello, demostrarle al mundo Su soberanía sobre nosotros. El rey David se aseguraba de que cada mañana Dios escuhara su voz. Se aseguraba también de presentar sus peticiones delante del Padre porque él entendía que de esta manera había esperanza de ver a Dios obrar a su favor.

Hay una esperanza que pueden accesar solamente aquellos que le creen a Dios y viven obedeciendo Su palabra. Y es a través de nuestra comunicación y comunión con el Padre que le dejamos saber que estamos en expectativa de ver Su poder manifestarse; es creerle a Dios y vivir de esa manera. Las circunstancias que hoy puedas estar viviendo posiblemente nublen tu visión y quizá ya no puedas ver de dónde vendrá la bendición que estás esperando. Necesitas levantar tu mirada al cielo y creer que lo que Dios te ha prometido ya está. Sólo necesitas confiar y esperar lo que pronto se manifestará.

El deseo de ver y vivir bajo la manifestación de Dios debería o podría ser tu motivación de presentarte delante de Él cada mañana. No porque solamente tú necesites un favor, sino porque tú deseas mostrarle al mundo Su poder a través de tu vida. Que tu mayor deseo sea honrarlo y que Su nombre sea glorificado.

¿Quieres vivir cada día expectante por ver lo que Dios hará? Dedícale los primeros minutos de tu mañana y que el primer pensamiento de tu mente reconozca Su soberanía sobre tu vida. Entrégale tus preocupaciones y decide levantarte en paz con la convicción de que Él obrará.

Lisandra