Aún cuando un ejército me asedie, no temerá mi corazón; aún cuando una guerra estalle contra mí, yo mantendré la confianza». Salmo 27:3

Puede ser difícil confiar cuando no vemos las circunstancias favorables a nuestro alrededor, pero el reto de los hijos de Dios es justamente ese: confiar en medio de ellas. Ahí es que nuestra fe es probada. Podemos mantener la confianza, conociendo las Escrituras y, sobre todo, al Autor de ellas. El saber y entender que Dios siempre es bueno, siempre es fiel y siempre es justo, nos ayuda a ganar las batallas en nuestra mente, que constantemente está siendo atacada por las voces que procuran desviarnos de Su propósito para nuestra vida.

Muestras confianza en Dios cuando vives agradecida y el agradecimiento tan sólo sale de un corazón que conoce su identidad como hija. Muestras confianza cuando de tus labios salen alabanzas al Eterno en cualquier momento y en medio de cualquier situación. El salmista declara que su corazón no temerá y que él mantendrá la confianza en Dios. ¿Podrás declarar con convicción las palabras del salmista? Confiar es una decisión que te asegurará vivir bendecida y en victoria cada uno de tus días.

«Bendito el hombre que confía en el Señor, y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto». Jeremías 17:7-8

No permitas que tus circunstancias determinen las bendiciones que puedes recibir. Más bien, declárate bendecida en medio de cada una de tus circunstancias y prepárate para probar y ver Su bien sobre ti.

Lisandra