¿A dónde podría alejarme de tu Espíritu? ¿A dónde podría huir de tu Presencia?» Salmo 139:7 NVI

Recientemente escuché por boca de un profeta, declarar una frase que me ha dejado meditando en ella: «La ausencia te lleva a la Presencia». Hay muchas cosas que pudiera pensar en cuanto a esto, pero compartiré contigo la idea que hoy con palabras puedo expresar.

Algunos años atrás, yo sentí en mi vida la ausencia de muchas cosas (alegría, comodidad, tranquilidad…) a causa de lo que yo entendía que «debía tener y no tenía» como, por ejemplo, un buen trabajo, un mejor salario, un mejor carácter, un mejor esposo, entre muchísimas otras cosas. Pero en aquel momento de mi vida, lo que yo pensé que estaba ausente, no me llevó a la presencia de Dios. Al contrario; con mis actitudes -y de manera muy conciente- huía y corría más lejos de Su presencia. Siempre he sido «creyente», pero, ¿a qué se debe ahora la diferencia? ¿Por qué a algunas personas la ausencia los lleva a Su presencia y, a otros, les hace huir lejos de ella? La respuesta es sencilla y es: la confianza en Dios y en la verdad de Su palabra.

En la actualidad, he podido conocer a algunos que viven con ausencia de muchas cosas (salud, economía, estabilidad en diferentes áreas, seguridad, etc.), pero creen y confían en la Palabra de Dios. Son aquellos que leen la Palabra y dejan que el Espíritu Santo los confronte con ella. Son aquellos que procuran entenderla y se cuestionan su estatus actual de vida a la verdad de Su palabra, no conformándose con su estatus, sino deseando vivir a la estatura de Su palabra. Son aquellos que se apropian de la verdad y la hacen suya, utilizándola como ancla segura y soporte ante su realidad y como arma de guerra en defensa ante las mentiras del enemigo. Son aquellos que -aún en medio de sus circunstancias- han determinado, no sólo vivir por la fe del «cristiano» («que sea lo que Dios quiera»), sino que modelan la fe que hace mover montañas.

Es cierto que hoy puedas estar experimentando la ausencia en algunas áreas de tu vida, pero procura correr a Su presencia y no huir de ella. La verdad es que Su palabra sobre ti se cumplirá aunque intentes, como Jonás, ir en dirección contraria. Dios usó a Jonás para cumplir Su propósito, pero Jonás no tuvo la capacidad de poder disfrutar del Dios que lo envió. Y así hay muchos cristianos hoy, incapaces de poder disfrutar a un Dios tan maravilloso como el que tenemos. Todo, por no tener un corazón conforme al de Él. Todo, por estar más enfocados en lo que no tienen, que en las bendiciones que ya Dios les ha dado.

Dios no espera que le entregues un corazón perfecto. Él lo que está esperando es que corras hacia Su presencia confiando en que Él llenará tu corazón de Su bien.

«Encomienda al Señor tu camino: confía en él y él actuará». Salmo 37:5 NVI

Él espera que tú reconozcas cuánto lo necesitas y que determines hacerlo presente cada día de tu vida. Si quieres verlo actuar a tu favor, entrégale todo lo que eres al Señor y confía plenamente en Él. La clave es: la confianza.

Lisandra