Éste es mi consuelo en medio del dolor: que tu promesa me da vida». Salmo 119:50 NVI

El salmista declara que –aún en medio de su dolor– él puede encontrar consuelo en saber que las promesas de Dios le dan vida. No dice que le da alegría; dice que le da vida.

Hay momentos difíciles, situaciones y dificultades que podemos enfentar en los que, lógicamente, la alegría puede ser empañada por el dolor y la tristeza. Creer en Dios, confiar en Su palabra, pero que nuestros ojos no puedan ver lo que creemos que Él  puede hacer, puede hacer tambalear nuestra fe. Es en esos momentos en los que Dios prueba nuestros corazones y nos deja saber a nosotros en dónde esta puesta nuestra confianza: ¿en lo que vemos o en Sus promesas?

La fe es creer en Él aunque no «vea» nada, aunque no entienda nada, aunque no tenga nada. La fe es creer en Sus promesas y no dudar ante las amenazas, sino declarar y hacer nuestro lo que Él ya ha prometido para Sus hijos. Jesús dijo que en el mundo tendríamos aflicciones, pero que confiáramos en Él, porque ya Él venció al mundo. Si estás en un momento difícil, hoy puedes decidir recibir consuelo en medio de tu dolor y puedes decidir vivir por Sus promesas. De todas las promesas en la Biblia, quisiera compartir dos poderosas declaraciones que te ayudarán a sostener tu fe en Él aún en medio del dolor, pérdida o angustia:

«Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera porque en ti ha confiado». Isaías 26:3

«Él les dijo: lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios». Lucas 18:27

Si aún en medio de tu dolor crees Sus promesas, prepárate para ser revestida de la vida que Él tiene para ti. Si tienes fe, testificarás de los milagros que Él hará a tu favor, aún en medio del dolor.

Lisandra