El salmista David dijo: “Mas para mí, estar cerca es mi bien; en Dios el Señor he puesto mi refugio, para contar todas tus obras” Salmos 73:28

Hace unos días, en un tiempo de oración y ayuno congregacional, recibí en mi corazón estas palabras: “Es tiempo de estar cerca”. Mientras pensaba en esto, el Espíritu Santo comenzó a abundar en ellas. Era como si me explicara a que se refería con lo que me decía. Me pude ver sobre unos brazos mientras le hablaba a un grupo de personas; no sobre mis pies. Pero esto no quedó allí, porque durante todo el día estuve meditando en lo que recibí.

Verdaderamente, es el tiempo de estar cerca. No porque lo digo yo; lo que vemos, escuchamos y vivimos nos grita esta frase. El mundo va desenfrenadamente hacia la maldad. Pareciera que las malas noticias nadie las puede detener. El desamor, la insensibilidad y la incredulidad van en aumento y tú y yo estamos rodeados de ello. El salmista decía: “Estar cerca es mi bien; en Dios el Señor he puesto mi refugio…”. Refugio es un espacio o una construcción que nos permite guarecernos o cobijarnos; o sea, nos ofrece seguridad. Me parece curioso que luego David añade: “…para contar todas tus obras”.

Estar cerca de Su Presencia no sólo nos brinda refugio, seguridad; también nos impulsa a hablar a otros de lo que experimentamos en ella. No nos podemos quedar callados y tenemos que contar a otros lo que Dios ha hecho.

Habrán momentos en que estar cerca será estar en Sus brazos, pero habrán otros momentos en que estaremos al frente y El irá detrás para impulsarnos. En otras ocasiones, estaremos a su lado para ser enseñados y, en otros/momentos dados, iremos detrás para ser guiados. Él estará sobre nosotros para manifestar Su poder sobrenatural a través nuestro.

Estar cerca jamás debe ser una opción; tiene que ser nuestro estilo de vida.

Edna Liz