Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia». Filipenses 1:21 RVR

Mientras estaba en el proceso de decidirme a crear este «blog», luchaba contra muchos pensamientos que iban en contra de lo que Dios había puesto en mi corazón. Hace mucho tiempo atrás, escribí en mi libreta una oración larguísima que contiene textos que yo necesitaba trabajar para que se hicieran real en mi vida. Uno de ellos es: «Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia»; lo había escuchado miles de veces y, desde que lo había hecho parte de mi oración, lo había repetido en muchísimas ocasiones.

Pero un día, justo mientras lo leía, sentí al Espíritu Santo que me interrumpió y me dijo: «Lisandra, cuando mueras al temor, cuando mueras al qué dirán, cuando mueras a la perfección, cuando mueras al orgullo, cuando ¡¡¡¡¡mueraaaaaas!!!!!, ¡¡¡¡¡vas a obtener ganancia!!!!!».

Cientos de veces escuchamos la frase: «tenemos que morir», y lo dicen tan bonito que uno desea emprender el viaje hacia la muerte del yo, hasta que te das cuenta que morir al yo no es tan fácil. «¡¡¿Cómo otras personas lo logran, si para mí es imposible?!!». Así pensé durante mucho tiempo. No hay tal cosa como que, declaro una palabra y mi personalidad cambia o mis deseos naturales mueren. Morir es una decisión de todos los días, en todos las aspectos de nuestra vida.

¿Quieres ganancia en esta vida? ¿Deseas que Su propósito se cumpla en ti? Entonces es tiempo de morir, para ser resucitados en un nuevo hombre, una nueva mujer.

Sin muerte, no hay resurrección. Aunque tengas temor, escoge obediencia y verás el cielo abrirse a tu favor.

Lisandra