-¿Cómo que «si puedo»? -preguntó Jesús-. Todo es posible si uno cree. Al instante el padre clamó: -¡Sí, creo, pero ayúdame a superar mi incredulidad!» Marcos 23-24 NVT

«¿Por qué no puedo ver lo que tanto anhelo? ¿Por qué no llega lo que tanto espero?». Cuántas veces nos hemos hecho estas preguntas. ¿Por cuantás temporadas de incertidumbre hemos caminado? ¡Sí! También yo he vivido temporadas donde he cuestionado mi fe y tengo que volver a Sus pies. Y estando allí, decirle: «Es que no entiendo, pero quiero creerte. Quiero obedecerte». No es que no haya sido testigo de Su gracia y favor antes. Tampoco es que no pueda traer esos recuerdos al momento que estoy viviendo; simplemente es que mi corazón siente que desfallece ante la incertidumbre.

Hace más de 11 años me diagnosticaron una condición en mis intestinos que me entristeció. Sentí mi cuerpo deteriorarse y quedarse sin fuerzas, sin vida, mientras mi mente no entendía. Luchaba con mis pensamientos; entre lo que conocía y creía y lo que mi cuerpo sentía. Esa fue mi realidad por muchos años. Mi corazón quería creer, pero mi mente decía: «NO puedes».

Comencé a mirar los hombres y mujeres de fe en la Biblia; aquellos que -a pesar de sus circunstancias- decidieron OBEDECER. Creer conlleva una acción. No sólo se puede creer de palabras porque si no, dice Su Palabra, que es una fe muerta (Santiago 2:17). Dios dice que Él me sanará, pero lo más importante para Él no es mi Sanidad, ¡soy YO!

Mi alma gobernaba mis pasos. Caminaba, pero caminaba con miedo a lo porvenir. Por lo tanto, desobedecía y así no es que Él dijo que sus hijos debían vivir. Debemos vivir como si ya hubiéramos obtenido la victoria en nuestras manos, porque ya Él la conquistó por nosotros. Decidí, entonces, caminar en OBEDIENCIA. Cada paso que he determinado dar es para agradarlo. Mi cuerpo ha comenzado a transformarse. Los médicos no entienden la mejoría repentina, pero yo sí.

Cuando determinamos creer y accionar la fe con obediencia, nos alineamos a sus designios. Entonces, todo aquello que Él nos ha prometido se CUMPLIRÁ. Si Él lo hizo con ellos, ¿por qué no conmigo?, ¿por qué no contigo?

Anímate a caminar por fe, a dar pasos de obediencia y tu vida será transformada.

Te invito a que leas Hebreos 11.

Edna Liz