Se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre». Lucas 8:44

Este suceso bíblico tan Poderoso y significativo, hace que inmediatamente en mi mente retumben dos palabras: Riesgo y Fe.

Ya hacía 12 años que la mujer del flujo de sangre había soportado su condición, además de haber invertido todo para hallar la cura de su enfermedad. En ese momento, ni la multitud podía detener su anhelo de ser sanada. Arriesgó su dignidad ante la gente por recibir su milagro. Ella tenía muy claro quién era Jesús y lo que Él podía hacer por ella. Su fe la impulsó al riesgo, sin importar lo que costara.

¿Cuán dispuesta estás a ir por encima de tus circunstancias y arrebatar tu Milagro?

¿Sabías que a través de ese Milagro se desata a tu alrededor la Gracia y el Favor Divino? ¿Y que por la evidencia de tu testimonio, otros milagros son activados?

Mujer Valiente, ¡¡¡eres Sanada en el nombre de JESÚS!!! El Poder del Padre te cubre en éste instante.

«Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada. Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación». Salmos 91:9-10, 15-16

¡Llegó la hora de tu Milagro!

Jennifer